Reseñas

Wolfenstein: Youngblood | Review

Tras el éxito de Wolfenstein: The New Order y su secuela, Wolfenstein II: The New Colossus, las desarrolladoras MachineGames y Arkane Studios en conjunto con Bethesda Softworks lanzan para todas las consolas y PC, Wolfenstein: Youngblood, un título que actúa como una nueva entrega con un enfoque particular en una campaña diseñada con el modo cooperativo.

Wolfenstein: Youngblood es un shooter en primera persona con elementos de mundo abierto que está ambientado en el año de 1980. Después de haber derrotado a Hitler y sus fuerzas, B.J Blazkowicz se ha retirado a vivir de manera tranquila y aislada junto a su esposa Anya y sus dos hijas gemelas, Jessica y Zofia. Cuando BJ desaparece misteriosamente en París, sus hijas equipadas con trajes cibernéticos que las dotan de habilidades sobre humanas como saltos dobles, velocidad y resistencia aumentadas y camuflaje, y acompañadas de su amiga Abby Walker, emprenden un viaje con la misión de saber el paradero de su padre.

En un inicio seleccionaremos a una de las dos hermanas Blazkowicz, siendo la única diferencia entre ellas el arma que portan, Jessica cuenta con un rifle de asalto y Zofia con una escopeta. Posteriormente podremos seleccionar entre dos habilidades, un camuflaje que nos vuelve invisibles temporalmente, y un ataque que al correr embiste a los enemigos. Todas estas opciones afectan solamente el inicio del juego ya que tanto las armas como las habilidades que no seleccionemos serán desbloqueadas conforme el juego progrese.

Tras ser testigos de una cinemática introductoria en la cual conoceremos a la resistencia francesa con base en las catacumbas de París, el juego nos transporta a un dirigible nazi que patrulla los cielos de la capital francesa, en donde tendremos como misión asesinar al comandante a cargo. Esta primera misión sirve como un tutorial, donde se nos introduce a una de las mecánicas principales del juego, las vidas compartidas, que consisten en la posibilidad de resucitar hasta tres veces tras perder todos nuestros puntos de vida o ser rescatados por nuestra hermana, siempre y cuando esta no pierda también los suyos, de ser así, una de las vidas se perderá y tras perder todas tendremos que reiniciar la misión. Además de esto, contamos con la habilidad de motivar a nuestra hermana, esto nos proveerá con una bonificación de vida, mecánica puede resultar crucial en situaciones cercanas a la muerte.

Una vez concluida esta misión, tendremos la libertad de explorar la base en las catacumbas, en donde por medio de la interacción con distintos miembros de la resistencia obtendremos misiones, y utilizando las estaciones del metro de París podremos transportarnos a las distintas zonas del mapa. Es en este punto donde los primeras señales de fallas en el diseño del juego se empiezan a notar, ya que el juego opta por un estilo basado en títulos de mundo abierto, contando con áreas con un diseño genérico y no muy abiertas a la exploración , donde contamos con misiones de historia y misiones alternas, ofreciéndonos la posibilidad de explorar y completarlas sin algún orden en específico, pero limitando esto con barreras como requerir de armas especiales que se obtienen al completar las misiones de historia para abrir algunas puertas o enemigos de alto nivel que resultan prácticamente imposibles de derrotar a menos que el jugador complete una serie de las misiones adicionales y de esta forma hacer uso de los elementos RPG del juego, como niveles, mejoras para nuestro personaje y nuestro arsenal, y una serie de habilidades que son desbloqueadas con puntos que obtenemos al incrementar nuestro nivel. Todo esto para poder finalmente enfrentar a los enemigos imposibles de vencer en un inicio. Esto termina provocando que la idea de explorar con libertad se vuelva meramente una ilusión.

La mayoría de las misiones del juego pueden resultar algo repetitivas, y consisten en tareas sencillas como obtener uno o varios ítems en alguna sección del mapa o enfrentar y derrotar a algún enemigo, y en muchas ocasiones tendremos que regresar a una zona previamente explorada solo para encontrarnos a los mismos enemigos recientemente derrotados, los cuales aparecerán inclusive en la misma ubicación en las que fueron derrotados. Esto sucede inclusive al comenzar una nueva misión que se lleve a cabo en la zona de las misiones previas, volviendo aún más repetitiva la experiencia.

Conforme exploramos las distintas secciones podremos desbloquear ciertas puertas interconectadas, y que a su vez nos permiten observar que el tamaño del mapa de juego es menor del aparente. La mayoría de cada una de las secciones en el mapa del metro se encuentran a distancias cortas de secciones previas. Como es costumbre en juegos de este estilo contamos con un mini mapa y un indicador que muestra la dirección de nuestro objetivo, sin embargo, no existe una opción para ver un mapa más completo que el mini mapa, y muchas veces el objetivo marcado puede provocar confusión, especialmente cuando se encuentra en algún nivel superior o inferior en el mapa, o inclusive en una sección completamente distinta, lo cual puede ocasionar que el jugador pierda tiempo tratando de encontrar el objetivo cuando este resulta estar en otra área que requiere del uso de elevadores u otro punto que actúa como pantalla de carga para finalmente llegar a él. Si bien, después de unos minutos de merodear sin rumbo puedes encontrar tu destino, una mejora en el marcador o la opción de ver un mapa completo donde la ubicación de nuestro objetivo sea más precisa sin duda volvería la experiencia de juego más agradable.

Existen también misiones en secciones subterráneas las cuales requieren el uso de linternas para iluminar el ambiente, ya que sin estas nos encontraremos en una obscuridad absoluta, donde es imposible ver enemigos inclusive cuando se encuentren enfrente de nosotros. Las misiones de historia se llevan a cabo en zonas separadas del mapa general, actúan como una especie de nivel más lineal, sin embargo, es en estas misiones donde encontraremos uno de los problemas más agravantes del juego, el sistema de checkpoints, el cual es terriblemente implementado. Si el jugador llega a perder todas las vidas compartidas en un enfrentamiento contra el jefe, será regresado al inicio de la sección, esto no representaría un gran problema si la cantidad de balas con las que somos resucitados no fuera aquella que tuvimos al ser derrotados. Muchas veces una derrota puede implicar la pérdida de unos 20 o 30 minutos de progreso en el juego.

El combate en Wolfesntein: Youngblood cuenta con un ligero elemento táctico: los enemigos pueden poseer armaduras de dos distintos tipos, representados por gráficos adjuntos a las líneas de vida de estos, las cuales son vulnerables a algunas armas en específico. Esto crea una necesidad para administrar nuestras municiones, y seleccionar de forma estratégica las mejoras que haremos a nuestro arsenal. Para mejorar las armas utilizaremos monedas de plata que encontraremos a lo largo del juego ya sea en cajas, en los enemigos o en el mismo escenario. Estas mejoras se otorgan en forma de aditamentos como miras o agarres, y cuentan con dos categorías distintas, una enfocada en aumentar el daño y otra en la capacidad de balas, que al equipar más de tres de una misma categoría otorgan bonus adicionales a nuestras armas. Si bien, la acción en el juego puede considerarse divertida, fallas en la inteligencia artificial y poca variedad en los tipos de enemigos y una necesidad inexistente de estrategias más allá de dispararle a todo lo que se mueva en los enfrentamientos, pueden rápidamente quitar la diversión de lo que fueran mecánicas sólidas de un título FPS. Otra falla importante es la carencia de pausa en el modo de un solo jugador al ser un título diseñado con el modo en línea cooperativo en mente. De la misma manera, la inteligencia artificial que controla a la segunda hermana en el modo offline puede resultar torpe en ocasiones, fallando al curarnos aún cuando estemos directamente frente a ella pidiendo ayuda o de la misma manera errando al atacar los puntos débiles de los enemigos más fuertes. 

La calidad gráfica es un aspecto positivo del juego, los modelos de enemigos, armas y ambientes cuentan con buenos diseños, nivel de calidad y detalle, contando también con una gran variedad de efectos de iluminación y partículas, con la excepción de las zonas subterráneas donde la iluminación es prácticamente inexistente por secciones. Las animaciones de los enemigos son buenas, no obstante, las expresiones faciales vistas ocasionalmente en las escenas cinemáticas o en las interacciones con los NPCs pueden parecer acartonadas. A lo largo del juego podemos encontrar gafas de 3D que desbloquean una galería donde podemos observar distintos modelos del juego desde diferentes perspectivas y ángulos, donde se pueden apreciar de mejor forma los detalles de los mismos.

El audio, aunque cuenta con buenos efectos de sonido y soundtrack, tiene problemas técnicos importantes. En más de una ocasión, en nuestras sesiones de juego, todo el audio sufrió de errores importantes, la música y efectos de sonido se detuvieron y solo aparecían de manera cortada, y esto solo fue solucionado al cargar una sección del mapa nuevamente. En cuanto a las actuaciones de voz, la calidad de estas no es mala, pero el diálogo entre las hermanas Blazkowicz puede ser molesto después de un tiempo, inicialmente se trata de representarlas con un toque humorístico, pero la repetición constante e incesante de las mismas líneas de dialogo, ya sean chistes o diálogos que reafirmen la pericia de nuestras protagonistas, vuelven a la experiencia algo tediosa.

Wolfenstein: Youngblood cuenta con varias opciones técnicas para mejorar el desempeño, como la inclusión de resolución dinámica con varias configuraciones disponibles, lo cual busca mantener un framerate constante en 60 cuadros, y que en la mayoría de las ocasiones es logrado, solamente en escenas con muchos efectos o explosiones se pueden observar perdida de frames. Este fenómeno no suele perdurar por más de unos cuantos segundos y no afecta a la experiencia de juego. Por otra parte, no es posible decir que Wolfenstein: Youngblood sea un juego técnicamente competente en este momento, existen una gran cantidad de errores que van desde simples errores gráficos, donde los objetos parpadean o no cargan correctamente, hasta errores que ocasionan que el juego se cierre por completo, e inclusive existen errores en los trofeos, estos pueden no ser desbloqueados aún cuando hemos cumplido con los requisitos para hacerlo. Si todas estas fallas son reparadas por alguna actualización futura, el juego será beneficiado ampliamente.

También contamos con microtransacciones en la forma de barra de oro, que nos permiten comprar mejoras y skins para nuestras armas y atuendos para los personajes en lugar de utilizar las monedas que nos da el juego. Estas son completamente opcionales ya que es posible obtener todo esto sin necesidad de gastar en ello, aunque existen armas de combate cuerpo a cuerpo que solamente se pueden comprar con estas barras y su adquisición no tiene un impacto en la experiencia general. La Edición Deluxe cuenta con un pase especial, el cual le permitirá jugar la campaña completa a uno de nuestros amigos que no tenga el título. Actualmente no se cuentan con planes para contenido descargable o algún tipo de expansión a futuro.

La historia a su vez se limita a una historia de rescate, aunque existe un giro en la trama, es uno que ha sido observado muchas veces en este estilo de narrativas. Los personajes, a diferencia de las entregas anteriores de la saga, no cuentan con un desarrollo interesante, la mayoría de ellos está ahí solo para otorgarnos misiones y aunque existen varios coleccionables, como documentos, Floppy Disks (disquetes) y casetes con audio, el juego no nos da una recompensa más allá de un trofeo o logro por coleccionarlos todos. La aventura cuenta con solamente 5 misiones de historia, y la extensión del juego es ampliada por la necesidad de completar misiones secundarias para obtener el nivel requerido por las misiones de la historia. Sin completar todas las misiones secundarias el juego puede ser terminado en unas 8 h0ras, y esto se puede extender de 14 a 16 horas si queremos encontrar todos los coleccionables que existen. La dificultad es ajustable en cualquier momento, pero aun en las modalidades altas, la inteligencia artificial de los enemigos no es buena, llegando inclusive a quedarse completamente estáticos haciendo la experiencia más cercana a una galería de tiros en lugar de un combate que puede resultar aburrida. Ya que el daño de las armas es inconsistente, en algunas ocasiones los enemigos resisten descargas de cargadores enteros, pero pueden ser derrotados con un ataque de cuchillo. Esto puede afectar inclusive a los jefes, los cuales, con excepción del jefe final, resultan prácticamente idénticos, perdiendo también una oportunidad de tener batallas memorables que ha caracterizado a los títulos anteriores de la saga. Una vez terminadas las misiones de historia, nuevas misiones secundarias aparecerán y tendremos la opción de continuar el juego. Esto es solo recomendable si queremos obtener todos los coleccionables o si queremos actualizar al máximo nuestras armas o personaje.

Conclusión

Wolfenstein: Youngblood es tristemente decepcionante, aunque cuenta con algunos elementos buenos, la gran cantidad de errores y fallas en el diseño de mecánicas de juego básicas, hacen que este título se asemeje a una mala adaptación de una franquicia por alguna compañía cinematográfica o de servicio de streaming. Los niveles lineales bien diseñados de los juegos anteriores han sido cambiados por mapas pequeños genéricos para tratar de darle un toque de un mundo abierto, sin embargo, esto se siente más forzado y ajeno a la saga. El juego es claramente beneficiado al jugar con otra persona, ya que la comunicación y coordinación pueden ser clave en algunos enfrentamientos más complicados. De la misma manera, los elementos de progresión y RPG que se incluyen, aunque funcionan correctamente, parecen una idea agregada de último minuto que nos e acopla de forma completa al estilo de juego, y que serían más beneficiados con otro tipo de mecánicas, por ejemplo, las de recolección de loot clásico de los shooters con elementos de RPG. Los constantes errores y la ineptitud de la inteligencia artificial, vuelven a un juego que podría ser considerado bueno en un desastre técnico, que en su estado actual no puede ser muy recomendado. Si bien, pequeñas mejoras en el sistema de checkpoints, pausa en modo de un jugador y mapas, aunadas por otras más severas como las  corrección de errores gráficos, de audio y en la inteligencia artificial, no harían de Wolfenstein: Youngblood un título perfecto, por lo menos lo pondrían a la par con las otras entregas de la saga. Al igual que sus protagonistas.

Wolfenstein: Youngblood carece de la experiencia y refinamiento de sus antecesores, y por la mayoría del juego, este se asemeja más a un contenido adicional que a una entrega completa.

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Esta reseña fue realizada en PlayStation 4. Puedes consultar los criterios de puntuación aquí.

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